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Guaranias de Cuna: un puente entre cultura y emociones

Este 2025, la guarania cumplió 100 años. Todos recordamos su historia, la celebramos en aniversarios, pero ¿cuántas veces pensamos en reincorporarla a nuestra vida cotidiana, a nuestros hogares e incluso a los primeros sonidos que acompañan a un bebé?

Existe un desafío y una responsabilidad: comunicar lo que define nuestra identidad cultural es necesario para que siga viva en las nuevas generaciones. 

La Guarania de Cuna nace justamente de esa reflexión: cómo unir tradición, afecto y cultura para que los niños, desde sus primeros días, escuchen, sientan y se reconozcan en nuestra música más emblemática.

El compositor y psicoanalista Genaro Riera descubrió una conexión casi mágica entre la guarania y el acompañamiento emocional del bebé: durante la lactancia, el corazón del bebé y la madre se sincronizan con un ritmo similar al ternario de 6/8, la base de nuestra guarania. Ese compás crea un ambiente de calma, seguridad y afecto que acompaña tanto al niño como a los padres.

Es un puente cultural, que conecta pasado y presente, tradición y emoción. Como decía Gustavo Cerati: “usa el amor como un puente”

La Guarania de Cuna no solo acompaña a los niños; es un acto de preservación de nuestra música, nuestra lengua y nuestra identidad.

Un homenaje pragmático a la guarania

La Guarania de Cuna, concebida por Genaro Riera, combina el ritmo propio de la guarania con la tradición del canto de cuna, creando un espacio propicio para la paz del sueño y la transmisión de la cultura. En esta propuesta, el arte, la cultura y la salud mental se cruzan de manera única.

Se reconoce la importancia de la lengua materna en la formación de la identidad cultural: funciona como un “baño de lengua”, ayudando a los niños a desarrollar su conciencia lingüística y cultural desde los primeros años.

El acto de cantar estas guaranias también tiene un valor emocional: quienes acompañan el sueño del bebé encuentran en el canto una herramienta que les permite sostenerse emocionalmente y fortalecer la relación con los niños.

Así, la Guarania de Cuna se presenta como una propuesta que, más allá de su belleza musical, aporta a la preservación cultural, a la formación de la identidad lingüística y a la educación emocional temprana.